22 de diciembre de 2025

EL ADIÓS DE JAVIER “CHICHARITO” HERNÁNDEZ

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El BOCÓN

Se va un histórico, quizá no en el mejor momento, quizá no como lo soñó.

Pero el fútbol también es eso: un juego de memorias, de goles, de aciertos… y de errores.

Ayer, Javier “Chicharito” Hernández falló un penalti crucial contra Cruz Azul.

Y muchos se apresuraron a reducir su legado a esa fallida ejecución desde los once pasos.

Error.

La historia de un grande no se escribe en un minuto; se construye con años de entrega.

Chicharito inició en el Club Guadalajara como una promesa silenciosa hasta convertirse en un estandarte.

Sus goles con el Rebaño lo proyectaron a Europa, donde pocos mexicanos han dejado huella tan profunda.

En el Manchester United, uno de los clubes más importantes del planeta, sorprendió con su oportunismo, su olfato goleador y esa capacidad tan suya de aparecer cuando nadie lo esperaba.

Marcó tantos goles decisivos que Sir Alex Ferguson lo consideró una pieza clave.

Más tarde, con el Real Madrid —aunque en un periodo breve— volvió a demostrar que su nombre tenía peso: basta recordar aquel gol contra el Atlético de Madrid en Champions para entender su temple.

Jugó en Alemania, Inglaterra, España y Estados Unidos.

En todos los clubes encontró forma de responder, aun cuando no siempre fue titular.

Su legado internacional no es menor: abrió puertas, mostró que el futbolista mexicano puede competir en las ligas más exigentes.

Y con la Selección Mexicana… qué decir.

Simplemente es el máximo goleador en la historia del Tri.

Ningún otro jugador ha celebrado tantos goles como él vistiendo la camiseta nacional.

Pero incluso las leyendas tienen fecha de caducidad.

Hoy, su físico ya no responde igual, la explosividad se ha ido, y la presión por volver como salvador solo hizo más evidente que sus mejores tiempos quedaron atrás.

El penalti fallado ayer no define su carrera, pero quizá sí marca el momento de decir adiós.

Con moderación, sin estridencias, tal vez ha llegado la hora de que Javier Hernández deje las canchas como lo que es: uno de los mejores talentos que ha dado el fútbol mexicano.

Un referente, un ejemplo de perseverancia y profesionalismo.

No se puede pedir que se despida entre aplausos si el juego actual no lo acompaña.

Pero sí podemos exigir que se le recuerde por lo que realmente fue: un goleador incansable, un embajador del fútbol nacional y un símbolo de que el sueño europeo también habla español… y a veces, con acento tapatío.

El adiós duele, pero es necesario.

El penalti de ayer será parte de su historia, sí, pero jamás su resumen.

Su nombre estará escrito entre los grandes.

Y aunque hoy se marche con la cabeza baja, su carrera obliga a levantarla.

Porque los grandes se despiden de las canchas… pero no de la memoria.

Hasta siempre, Chicharito.

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