E L B O C Ó N O P I N A

LAS ENCUESTAS Y MESAS DE DIÁLOGO DE MORENA PURA SIMULACIÓN PARA DISFRAZAR IMPOSICIONES
Las encuestas para seleccionar candidatos en Morena son como la Leyenda de La Llorona: todos hablan de ellas, pero nadie las ha visto.
La falta de transparencia sobre quién las realiza y dónde se llevan a cabo genera dudas sobre su legitimidad.
Las mesas de diálogo, por su parte, simulan democracia pero carecen de credibilidad y solo alimentan la insatisfacción colectiva.
En municipios como Tecozautla, la imposición de candidatos ya es evidente.
La designación de Marisol Prieto Avendaño, excandidata a alcaldesa de Morena en la elección pasada, como el perfil otra vez de los guindas para este proceso de renovación municipal, despierta controversia y cuestiona aún más la autenticidad de las encuestas y las mesas de diálogo.
Las decisiones preestablecidas socavan cualquier atisbo de democracia interna en Morena.
El partido, que prometía ser diferente, se ha sumergido en las mismas prácticas opacas y autoritarias que criticaban en otros como el PRI o el PAN.
A medida que las inconformidades crecen, la credibilidad de Morena se desvanece y su desempeño en las próximas elecciones del 2 de junio podría verse afectada por los inconformes que buscarán otras trincheras para la batalla electoral.
La simulación y la imposición descarada socavan su imagen y la confianza de los ciudadanos.
En Morena, la democracia interna es solo una ilusión que prometieron pero que nunca llegó.
Una encuesta que solo vive en la mente de quienes se les ocurrió este disparate con encuestadores invisibles y cuestionarios imaginables en el colectivo de las cúpulas, hace que se desvanezca la idea de democracia en la elección de candidatos.
En algunos municipios huele a imposición de perfiles como en nuestra región donde la elegida, por ejemplo, en Tecozautla será Marisol Prieto Avendaño.
Habrá quien la acepte y quien no lo haga, pero el hecho de que ya se hable de que será ella la elegida por Morena, hace que las dudas salten a la vista aún más sobre las encuestas y las mesas de diálogo que de democráticas no tienen nada y son pura simulación.