EL MIEDO EN HIDALGO A LOS HERMANOS ROJO GARCÍA DE ALBA
El estado de Hidalgo se encuentra inmerso en una encrucijada política, donde el anhelo de revitalización del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se entrelaza con temores y estrategias de poder.
En este contexto, figuras como los hermanos José Antonio y Jorge Rojo García de Alba emergen como posibles catalizadores del renacimiento priista en la entidad, especialmente respaldados por su arraigo en la dinastía política de Huichapan.
La mera posibilidad de que Jorge Rojo ocupe una curul en el Congreso local, incluso por un breve periodo ante una eventual licencia de Julio Valera, líder del Grupo Plural Independiente entre los diputados de ese origen, al ser su suplente, despierta expectativas dentro del priismo hidalguense.
Se vislumbra en esta coyuntura una oportunidad de resurgimiento en Hidalgo bajo el liderazgo del Grupo Huichapan, encarnado por los hermanos Rojo García de Alba.
Sin embargo, las cerradas puertas desde la dirigencia nacional del PRI hacia los hermanos Rojo revelan una realidad política más compleja.
Detrás de esta negativa se perciben matices de temor y estrategia, donde el resurgimiento del Grupo Huichapan representa tanto una esperanza para algunos como una amenaza para otros.
A nivel estatal, la permanencia de Julio Valera en su cargo, en lugar de buscar una posición de elección popular, sugiere una reticencia a abrir las puertas a un posible simbolismo local liderado por Jorge Rojo.
Esta dinámica refleja los entramados de poder y alianzas que caracterizan la política hidalguense.
Mientras tanto, a nivel federal, la exclusión de José Antonio Rojo de posiciones relevantes como el Senado de la República evidencia un movimiento calculado por parte de la Secretaría General del PRI, encabezada por Carolina Viggiano.
La estrategia parece ser evitar el resurgimiento del Grupo Huichapan, cuyas aspiraciones de controlar el priismo hidalguense generan inquietudes y resistencias.
En última instancia, el debate sobre el resurgimiento del PRI en Hidalgo trasciende lo local para convertirse en un reflejo de las complejidades y tensiones que atraviesan el panorama político nacional.
Mientras algunos ven en los hermanos Rojo una oportunidad de renovación, otros los perciben como una amenaza al status quo de algunos políticos del PRI.
En medio de estas tensiones, el futuro del priismo en Hidalgo y la influencia del Grupo Huichapan permanecen en el centro del escenario político estatal.
La óptica es lógica porque la idea es no dejar pasar a cargos públicos en las elecciones del 2 de junio, a estos dos distinguidos priistas de gran linaje, miembros de la dinastía de Huichapan que es el bastión donde podría resurgir el tricolor en Hidalgo con los hermanos Jorge y José Antonio Rojo García de Alba a la cabeza.
