14 de septiembre de 2025

JOVEN MATA A SU MADRE EN UNA NOCHE DE TERROR EN ZEMPOALA

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El BOCÓN

El 15 de agosto de 2023, la tranquilidad de la comunidad de Santo Tomás, en el municipio de Zempoala, se vio desgarrada por un suceso que dejaría cicatrices imborrables en los corazones de sus habitantes.

La historia comenzó en la noche, cuando un adolescente de 15 años se convirtió en el protagonista de una tragedia que cambiaría su vida y la de su familia para siempre.

Esa noche, entre las 23:30 y las 23:40 horas, el joven, en un arrebato de ira y desesperación, disparó la escopeta que su madre había adquirido para su protección.

El estruendo del disparo resonó en la oscuridad, y una bala en la cabeza acabó con la vida de la mujer de 43 años, dejando atrás una estela de sangre y dolor.

La madre, una mujer trabajadora que vendía tortillas para mantener a sus tres hijos, se encontraba en su hogar, discutiendo con uno de ellos antes de que el horror se desatara.

Poco después del disparo, el adolescente, cubierto de sangre y con la mente nublada por el caos, salió de su casa en busca de su tío.

En su camino, se cruzó con una vecina que, alarmada por su apariencia, se acercó para preguntarle qué había sucedido.

Con voz temblorosa, el joven pidió que llamara a su tío.

La mujer, sospechando que algo grave había ocurrido, fue rápidamente a alertar a su vecino.

Mientras tanto, el hermano de la víctima, que había visto a su hermana por última vez horas antes, no podía imaginar el horror que lo aguardaba.

Al llegar a la escena, el hombre encontró a su hermana tendida sobre la cama, con la cabeza colgando y un charco de sangre escurriendo por el suelo.

A su lado, la escopeta de marca Stevens, calibre 16, que había sido adquirida por la madre para proteger a su familia, se encontraba allí, testigo mudo de la tragedia.

La policía municipal, además la estatal y los servicios de emergencia llegaron al lugar a la medianoche, y los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) comenzaron a recopilar las evidencias.

El joven, tras intentar quitarse la vida disparándose en la mandíbula, fue trasladado de urgencia al Hospital General de Pachuca, donde se le brindó atención médica.

Su intento de suicidio fallido dejó una herida visible, pero también una huella profunda en su interior.

Los días siguientes transcurrieron entre interrogatorios y evaluaciones psicológicas y psiquíatricas.

Los expertos se sorprendieron al descubrir que, a pesar de su horrendo acto, el adolescente mostraba rasgos de una persona emocionalmente estable y con una capacidad intelectual adecuada.

Sin embargo, la evaluación no podía borrar el hecho de que había asesinado a su madre.

El Ministerio Público determinó que el joven actuó de manera dolosa, y el caso se resolvió rápidamente.

Aceptando su culpabilidad, el adolescente optó por un procedimiento abreviado que le permitió evitar un juicio prolongado.

Fue sentenciado a un año y cinco meses de prisión en el Centro de Internamiento para Adolescentes de Pachuca por homicidio doloso calificado agravado.

La madre de tres hijos, ahora muerta, dejaba un vacío en la vida de su familia.

El joven, que había crecido en un entorno de dificultades y discusiones, se encontraba atrapado en una espiral de violencia y desesperación.

La escopeta, que había sido un símbolo de protección, se había convertido en el instrumento de su ruina.

Así, la comunidad de Santo Tomás quedó marcada por la tragedia, recordando el sonido del disparo que rompió la paz de una noche cualquiera.

La historia del adolescente y su madre se convirtió en un eco de advertencia sobre las tensiones familiares, la violencia y las consecuencias irreparables de un instante de ira.

En el silencio que siguió a la tormenta, solo quedaban preguntas sin respuesta y un profundo anhelo de redención y de mucho dolor.

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