Móvil pasional, crimen de fugitivos

▪️Apunta al Cártel del Golfo
▪️Uno de los músicos habría sostenido una relación con una mujer vinculada sentimentalmente a un cabecilla del crimen organizado
MARCOS H. VALERIO/ EL BOCÓN
La noche del domingo, a las 22:00 horas, el Grupo Fugitivo, una banda musical local, se desvaneció en las sombras de Reynosa. La camioneta negra que los llevaba a una fiesta privada en la colonia Riberas del Río nunca llegó a su destino. Tres días después, el hallazgo de sus cuerpos calcinados en una ladrillera del ejido Los Longoria, junto al de su representante, estremeció a la comunidad.
Las autoridades señalan a Ulises Raga Ortiz, alias “El M-40”, líder de la facción “Los Metros” del Cártel del Golfo, como el autor intelectual de un crimen que destila venganza pasional.
MÓVIL DE CELOS Y SANGRE
La hipótesis principal de la Fiscalía de Tamaulipas apunta a un motivo tan humano como brutal: uno de los músicos habría sostenido una relación con una mujer vinculada sentimentalmente a un cabecilla del crimen organizado.
En un mundo donde los agravios se saldan con plomo, los celos se transformaron en una ejecución atroz. Los cuerpos calcinados no fueron solo un homicidio, sino un mensaje macabro, un castigo ejemplar para marcar territorio en la guerra de egos y poder.
DETENCIONES Y DUDAS
Las autoridades reportan nueve detenidos relacionados con el caso, pero el paradero de “El M-40” sigue envuelto en misterio. Rumores difundidos por el semanario Zeta Tijuana sugieren que el propio cártel habría entregado a Raga Ortiz como moneda de cambio para apaciguar la indignación social.
Sin embargo, su nombre no figura en el Registro Nacional de Detenciones, lo que alimenta especulaciones: ¿fue capturado o simplemente ocultado por sus aliados?
FAMILIAS ENTRE EL DUELO Y LA DESCONFIANZA
Para las familias de los músicos, la tragedia es un rompecabezas sin piezas. Sin pruebas de ADN ni acceso a los restos, se niegan a aceptar la versión oficial. “Vamos a buscarlos vivos, aunque todos nos digan que ya no están”, declaró una madre con la voz rota por el dolor, mientras la incertidumbre se mezcla con el clamor de justicia.