7 de noviembre de 2025

FAYAD, EL LEGADO DE LA IMPUNIDAD EN LA ESTAFA SINIESTRA

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EL BOCÓN

Han pasado ya dos años desde que se destapó la red de corrupción conocida como La Estafa Siniestra, y aunque cuatro exfuncionarios y exalcaldes han sido sentenciados, el gran arquitecto del desfalco sigue libre, cómodo y con fuero diplomático: Omar Fayad Meneses, exgobernador de Hidalgo y hoy embajador en Noruega.

Durante su administración se montó un esquema sistemático de desvío de recursos públicos por más de 520 millones de pesos, operado desde la Oficialía Mayor y la Contraloría estatal.

Los municipios fueron usados como piezas desechables en una maquinaria de corrupción que involucró convenios amañados, empresas fantasma y triangulaciones imposibles de rastrear.

Los primeros en caer fueron los alcaldes que fueron sacrificados, convertidos en los chivos expiatorios de un modelo de saqueo que venía dictado desde Palacio de Gobierno.

Fidel Arce Santander, exalcalde de Epazoyucan, fue el primero en recibir sentencia: 8 años de prisión por peculado y uso indebido de atribuciones.

Felipe Juárez Ramírez, exedil de Huautla, fue condenado a 10 años de prisión por peculado agravado, tras admitir el desvío de más de 26 millones de pesos.

Manuel Hernández Badillo, exalcalde de Tula de Allende, fue vinculado a proceso y tras meses de prisión preventiva aceptó pagar 25 millones de pesos como reparación del daño para conmutar su pena.

A ellos se suman otros exediles vinculados a proceso, como Luis Enrique Cadena García, de Nopala, y Elías Sanjuán Sánchez, de Yahualica, además de exfuncionarios intermedios que aceptaron criterios de oportunidad.

Pero mientras los presidentes municipales purgan condenas, las cabezas políticas del fraude —Omar Fayad y su círculo más cercano— siguen intocables y son los principales responsables de este desfalco millonario al estado de Hidalgo.

En la cúpula de esa estructura de corrupción se encontraba César Mora Velázquez, excontralor estatal y operador de confianza de Omar Fayad.

Era el encargado de auditar a los municipios, pero en realidad fungía como protector de las operaciones irregulares.

Hoy está detenido en Estados Unidos, pero por otro delito ajeno a la Estafa Siniestra, además ampararse contra cualquier orden de detención cuando sea extraditado a México.

A pesar de ello, su ausencia en nuestro país ha impedido que enfrente la justicia por los millonarios desvíos que ayudó a encubrir.

Otro nombre clave es Martiniano Vega Orozco, exoficial mayor del gobierno fayadista, recientemente sentenciado a 12 años de prisión por peculado.

Desde su oficina se gestionaban los recursos estatales hacia los municipios sin comprobación de gasto, lo que revela la dimensión institucional del esquema.

Mientras los operadores son exhibidos, Omar Fayad goza de una cómoda inmunidad como embajador.

Desde su nuevo despacho en Noruega, guarda silencio ante las acusaciones y evita cualquier responsabilidad moral o política.

Sin embargo, incluso el actual gobernador Julio Menchaca Salazar ha reconocido públicamente que Fayad tiene “responsabilidad política” en la Estafa Siniestra.

Y no es para menos: los desvíos ocurrieron bajo su gobierno, con sus firmas, con sus hombres de confianza y con su silencio.

La Estafa Siniestra no fue un accidente ni un caso aislado.

Fue una estrategia de gobierno: un saqueo planeado para enriquecerse con dinero destinado a salud, obra pública y atención a comunidades vulnerables.

Mientras los municipios sufrían los estragos de la pandemia del COVID y de las inundaciones en Tula en 2021, los fondos que debían atender a la población eran desviados a redes de corrupción protegidas desde el más alto nivel.

Que Fayad siga libre es una afrenta a Hidalgo.

Que el gobierno federal lo mantenga en el servicio exterior, una burla a la justicia.

Y que su contralor, César Mora, siga evadiendo la rendición de cuentas, demuestra que la impunidad sigue siendo el sello del viejo régimen.

La justicia no puede limitarse a castigar alcaldes que son la parte más pequeña de este negro y siniestro caso en Hidalgo.

El juicio pendiente es contra quienes diseñaron la maquinaria del desfalco.

Hasta que Omar Fayad no responda ante los tribunales por su papel en la Estafa Siniestra, Hidalgo no podrá hablar de justicia, solo de simulación y los ediles que ya están presos sólo son los sacrificados de este penoso caso que sigue impune y los verdaderos culpables en libertad.

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