Mexicanos en EU: motor económico

Con una población de 38 millones de personas, los mexicanos y sus descendientes contribuyen significativamente al PIB estadounidense
MARCOS H. VALERIO
La comunidad de origen mexicano en Estados Unidos se consolida como una fuerza económica y demográfica de enorme relevancia, según datos presentados por Ana Teresa Ramírez Valdés, directora del Latino Donor Collaborative. Con una población de 38 millones de personas, los mexicanos y sus descendientes no solo contribuyen significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense, sino que están moldeando el futuro laboral y cultural del país.
De los 38 millones de personas de origen mexicano que residen en Estados Unidos, 34 millones son ciudadanos o residentes legales, mientras que cuatro millones carecen de documentación migratoria. Esta comunidad genera un impacto económico monumental, con un PIB combinado de 2.06 billones de dólares, según el análisis del Latino Donor Collaborative. Dentro de este total, las personas nacidas en México aportan 781.2 mil millones de dólares, una cifra que refleja su peso en sectores clave como la construcción, la agricultura, los servicios y la tecnología.
Ramírez Valdés destacó un dato revelador: si los mexicanos y sus descendientes en Estados Unidos conformaran una economía independiente, esta se posicionaría como la décima más grande del mundo, superando a naciones como Canadá o Corea del Sur. Este impacto económico se ve impulsado por una comunidad que no solo trabaja arduamente, sino que también está transformando la demografía del país.
JUVENTUD MEXICANA: EL FUTURO DE LA FUERZA LABORAL
El análisis presentado por Ramírez Valdés pone especial énfasis en el papel de los jóvenes de origen mexicano, quienes están redefiniendo el panorama laboral estadounidense. Actualmente, uno de cada cuatro miembros de la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) y la Generación Alfa (nacidos a partir de 2013) en
Estados Unidos es de origen latino, y la mayoría de ellos tiene raíces mexicanas. Además, el 16.1% de los estadounidenses menores de 18 años son de ascendencia mexicana, lo que subraya la creciente influencia de esta comunidad en las nuevas generaciones.
Un dato aún más impactante es que se proyecta que el 78% de los nuevos trabajadores que se incorporen a la fuerza laboral de Estados Unidos entre 2020 y 2030 serán latinos, con los jóvenes de origen mexicano como el núcleo de este cambio. Este fenómeno responde a la combinación de altas tasas de natalidad entre las familias latinas y la llegada de una generación que, en su mayoría, nació en territorio estadounidense, lo que les otorga un arraigo profundo y una identidad bicultural.
“Los jóvenes latinos, especialmente los de origen mexicano, son el motor del crecimiento económico de Estados Unidos”, afirmó Ramírez Valdés. “No solo están impulsando la fuerza laboral, sino que también están definiendo tendencias culturales, políticas y sociales que tendrán un impacto duradero”.
UN APORTE QUE TRASCIENDE FRONTERAS
El impacto de la comunidad mexicana en Estados Unidos no se limita a lo económico. Su influencia se extiende a la cultura, la educación y la política, donde los mexicoamericanos están ganando terreno como líderes en diversos ámbitos. Desde el cine hasta la tecnología, pasando por la gastronomía y la música, la herencia mexicana es un pilar de la identidad multicultural del país.
Sin embargo, Ramírez Valdés también señaló los desafíos que enfrenta esta comunidad, particularmente los cuatro millones de personas sin documentos migratorios, quienes, a pesar de su contribución económica, viven en un limbo legal. Organizaciones como el Latino Donor Collaborative abogan por políticas migratorias que reconozcan el valor de estos trabajadores y promuevan una integración plena.
La directora concluyó su presentación con un mensaje optimista: “Los mexicanos en Estados Unidos no solo son parte del presente, sino que están construyendo el futuro. Su trabajo, su creatividad y su resiliencia son un testimonio del poder de la comunidad latina”.
Con estos datos, queda claro que la diáspora mexicana no solo es un pilar económico, sino también un agente de cambio que está transformando a Estados Unidos desde adentro, consolidándose como una fuerza indispensable para el desarrollo del país en las próximas décadas.