EL BUQUE ESCUELA CUAUHTÉMOC TOMÓ OTRA RUTA
▪️Dos jóvenes cadetes, América Yamileth Sánchez Hernández y Adal Jair Maldonado Marcos, perdieron la vida, mientras 22 personas resultaron heridas, 11 en estado crítico
MARCOS H. VALERIO/EL BOCÓN
El accidente del Buque Escuela “Cuauhtémoc” de la Marina mexicana, que colisionó contra el Puente de Brooklyn el pasado sábado, ha generado más preguntas que respuestas. Mientras México llora la pérdida de dos cadetes y 22 personas permanecen heridas, las autoridades mexicanas y estadounidenses trabajan en una investigación para esclarecer las causas de la tragedia.
Según The New York Times, a las 8:30 de la noche del sábado, el velero de 91 metros de eslora se dirigió en la dirección equivocada, navegando bajo el Puente de Brooklyn, “por donde no había la intención de navegar”, según un portavoz de la oficina de gestión de emergencias de Nueva York. El buque, que llevaba 277 tripulantes en maniobras de entrenamiento, se estrelló tras salir del muelle 17 de Manhattan, desencadenando un caos que aún busca explicación.
Las hipótesis iniciales apuntan a posibles fallos mecánicos, errores humanos o condiciones adversas en el río East. La Secretaría de Marina (Semar), en conjunto con la Guardia Costera y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos, lidera las indagatorias, cuya resolución podría tomar meses. Mientras tanto, el “Cuauhtémoc” permanece atracado en el muelle 36, a la espera de un informe técnico que determine su futuro.
‼️LOS HECHOS
El sábado 17 de mayo, a las 8:30 de la noche, el cielo neoyorquino se tiñó de tragedia. El Buque Escuela “Cuauhtémoc”, un velero de 91 metros de eslora que lleva el nombre del último emperador azteca, chocó violentamente contra el Puente de Brooklyn.
En su cubierta, 277 tripulantes, en su mayoría cadetes en entrenamiento, vivieron momentos de pánico. Dos de ellos, América Yamileth Sánchez Hernández, de 20 años, veracruzana de mirada soñadora, y Adal Jair Maldonado Marcos, de 23, oaxaqueño de espíritu valiente, no sobrevivieron.
Otros 22 resultaron heridos, 11 en estado crítico pero estable, según la Marina mexicana. El impacto dejó al “Cuauhtémoc” varado en el muelle 36 de Manhattan, con el alma rota y el país conmocionado.
El buque, que zarpó de Acapulco el 6 de abril con la misión de “exaltar el espíritu marinero” y llevar un mensaje de paz, navegaba por el río East cuando, en lugar de dirigirse al sur rumbo a Islandia, tomó un rumbo equivocado. Videos captados por testigos muestran al velero retrocediendo a toda velocidad antes de estrellarse contra el puente.
El estruendo resonó en el corazón de Nueva York, mientras los espectadores, atónitos, grababan la escena. ¿Qué falló? ¿Fue un error humano, un fallo mecánico o las traicioneras corrientes del puerto? Las preguntas flotan en el aire, pero las respuestas tardarán.
🚢REMOLCADOR EN EL OJO DEL HURACÁN
La maniobra del “Cuauhtémoc” al salir del muelle 17 estuvo acompañada por un remolcador de McAllister Towing, una empresa neoyorquina especializada en transporte marítimo.
Sin embargo, la compañía aseguró que su barco solo asistió al velero durante el desatraque y no lo escoltó hacia el lugar del choque, como sugieren las imágenes virales. El senador Chuck Schumer, en una conferencia el domingo, fue más tajante: “El barco no utilizó la ayuda de un remolcador. El que aparece en los videos estaba respondiendo después del hecho, no antes”.
Sus palabras siembran dudas: ¿por qué un velero de esta envergadura navegaba sin escolta en un puerto conocido por sus canales estrechos y corrientes impredecibles?
Conocedores, apuntan a las condiciones del río East como un factor clave. La marea había cambiado, generando una fuerte corriente hacia el este, acompañada de vientos intensos desde Manhattan. “Un capitán experimentado puede manejar estas condiciones, pero los errores en el Puerto de Nueva York pueden ser costosos”.
Los remolinos y canales curvos del puerto son un desafío incluso para los marinos más curtidos. Algunos expertos, citados por la agencia, especulan que el remolcador pudo haberse retirado prematuramente, dejando al “Cuauhtémoc” vulnerable. El eco de una tragedia similar en Baltimore, donde un buque de carga chocó contra un puente en 2024, resuena en las discusiones.
🔴INVESTIGACIÓN: ENTRE HIPÓTESIS Y ESPERA
La presidenta Claudia Sheinbaum, visiblemente afectada, abordó el tema en su conferencia matutina del lunes.
“El ‘Cuauhtémoc’ es un buque de enseñanza fundamental para nuestros cadetes. La Marina ya tiene sus propias hipótesis, pero esperamos los resultados de la investigación”, afirmó. La Secretaría de Marina (Semar) trabaja junto a la Guardia Costera y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos para esclarecer los hechos. ¿Fue un problema mecánico, un error del capitán o una falla en la coordinación con el remolcador? La NTSB advierte que el informe podría tomar meses.
Un funcionario de la Marina, citado por The New York Times bajo anonimato, reveló que el buque será inspeccionado exhaustivamente antes de decidir su destino. Por ahora, el “Cuauhtémoc” permanece inmóvil, sus velas plegadas, como un guerrero herido que aguarda justicia. La Marina mexicana, en un comunicado, subrayó el propósito del velero: llevar “el mensaje de paz y buena voluntad” del pueblo mexicano. Pero hoy, ese mensaje está teñido de luto.
🇲🇽DOLOR DE UNA NACIÓN
En Veracruz y Oaxaca, las familias de América y Adal lloran en silencio. Sus sueños de surcar los mares se apagaron en un instante, pero su legado como cadetes perdurará. En las redes sociales, los mexicanos expresan su dolor y exigen respuestas.
“No es justo que nuestros jóvenes paguen el precio de errores que no entendemos”, escribió un usuario en X. Otros defienden el honor de la Marina, recordando su papel en misiones humanitarias y su prestigio internacional.
Mientras el “Cuauhtémoc” espera en el muelle, México contiene el aliento. La investigación promete desentrañar las causas de esta tragedia, pero nada devolverá a América y Adal. Bajo el Puente de Brooklyn, el río East sigue fluyendo, indiferente al dolor de una nación que hoy llora a sus marinos.
