Legisladores convierten tribuna en ring político, lo más bajo de un parlamento

EL BOCÓN
Ciudad de México.– La sesión de clausura de la Comisión Permanente en el Congreso terminó en una vergonzosa riña entre legisladores, dejando en evidencia el nivel de degradación política que impera en México.
Lo que debía ser un debate sobre asuntos de interés nacional se transformó en un espectáculo de golpes, insultos y descalificaciones.
El senador y dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, agredió físicamente al presidente de la Permanente, Gerardo Fernández Noroña, mientras se entonaba el himno nacional.
A la trifulca se unió el diputado priista Carlos Castillo, quien terminó derribando incluso a un fotógrafo de comunicación social.
Dolores Padierna, vicepresidenta de la mesa directiva, tuvo que apartarse para evitar ser alcanzada por los manotazos.
Lejos de un ejercicio democrático, la sesión se caracterizó por gritos de “vendepatrias” y acusaciones de “narcos” entre legisladores.
La senadora panista Lilly Téllez, defendida por PRI y PAN tras sus declaraciones a favor de una intervención militar de Estados Unidos en México, respondió llamando “narco políticos” y hasta “narcosatánicos” a los integrantes de Morena.
El nivel de debate quedó reducido a insultos personales, amenazas y hasta golpes bajos, sin espacio para la discusión seria de los problemas nacionales.
Mientras millones de mexicanos enfrentan carencias de seguridad, salud y empleo, sus representantes en el Congreso optaron por protagonizar una pelea de espectáculo que deshonra la investidura legislativa.
La violencia y los ataques verbales de la jornada reafirman la crisis de representación que padece el país: un Congreso más preocupado en la confrontación mediática que en la construcción de consensos.
Lo ocurrido evidencia que gran parte de la clase política mexicana está más cercana a la arena de un ring que a la altura de un parlamento responsable.